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Asimaga | 21 noviembre, 2024

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Estudio psicopedagógico del Síndrome del Maullido del Gato

Asimaga
  • El 28 julio, 2013
  • http://www.asimaga.org

Autora: Natalia Caro Samada
MÁSTER EN PSICOLOGÍA EDUCATIVA. CURSO 2010-2011.
FACULTAD DE PSICOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA

1. HISTORIA Y DESCRIPCIÓN DEL SÍNDROME DEL MAULLIDO DEL GATO.

En 1963, el Dr. JEROME LEJEUNE, fundador de la moderna citogenética y que fuera Jefe de la Unidad de Citogenética del Hospital Pediátrico Necker de París, junto con sus colaboradores (Drs. Lafourcade, de Grouchy, Berger, Gautier, Salmon y Turpin), en un comunicado leído ante la Academia de Ciencias de París, presentó los tres primeros casos conocidos de lactantes con características clínicas y citogenéticas comunes consistentes en retraso mental, anomalías cráneo-faciales y una deleción del brazo corto de un cromosoma del par 5 (se da la circunstancia de que este mismo equipo francés fue el descubridor de que las personas con síndrome de Down poseyeran un cromosoma 21 extra).
El síndrome del Maullido de Gato es una enfermedad cromosómica rara, (las enfermedades raras son llamadas así porque afectan, según cifras de la Unión Europea, a 5 de cada 10.000 personas. En conjunto suponen entre el 6% y el 8 % de la población -aprox. 27 millones en Europa, de los cuales 3 millones son españoles- y se manifiestan en cualquier etapa de su vida), congénita (que se evidencia en el nacimiento) y que, principalmente, afecta a las niñas, describiéndose casos dentro de todos los grupos raciales. Está caracterizada por un llanto distintivo que se asemeja al maullido de un gato (del francés CRI DU CHAT), por laringomalacia con hipoplasia de la epiglotis y relajación de los pliegues ariepiglóticos, modificándose esto con el tiempo.
El Cri du Chat, es considerada como una de las 5.000 enfermedades raras de las que recientemente se ha podido constituir un diagnóstico completo y eficaz, que permita elaborar distintos abordajes específicos y brindar a las familias las opciones más adecuadas para tratamientos y acompañamiento.
Dentro de las clasificaciones diagnósticas, se encuentra catalogada con el código CIE-9-MC: 758.3 y la podemos encontrar en la literatura con las siguientes denominaciones:

– Síndrome de Lejeuiie.
– Enfermedad del Cri du Chat.
– Síndrome de supresión del cromosoma 5p.
– Síndrome de menos 5p.
– Monosopatía 5p.
– Dileción parcial del brazo corto del cromosoma 5.
Se pueden considerar varias causas que provocan este tipo de anomalías cromosómicas que en el par 5 son consideradas como origen del síndrome.

– Deleción simple: consiste en la rotura de uno de los brazos cortos del par 5, con la pérdida del material y la correspondiente información genética en él contenida.
– Traslocación: consiste en la rotura de un cromosoma, con la transferencia del fragmento desprendido a otro cromosoma. En este caso, la información genética no se pierde.
– Mosaico: consiste en disponer en el mismo par cromosómico de cromosomas sanos y otros con rotura. Esto ocurre en el feto durante una fase muy temprana de su desarrollo, por lo que sólo algunas células fetales contienen el cromosoma deficiente y el resto de las células tienen dos cromosomas normales. En este caso, la información genética perdida es proporcional al de los cromosomas rotos.

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2. ETIOLOGÍA, TIPOLOGÍA E INCIDENCIA.

La incidencia de este síndrome se estima entre el 1:20.000 y el 1:50.000 de los nacimientos vivos, siendo el causante del 1 % de los casos de discapacidad intelectual severa y afectando, como se ha dicho anteriormente, en mayor medida al sexo femenino (66% de los casos).
La causa del síndrome es una pérdida, denominada deleción, de material genético en el cromosoma 5. Uno de los genes suprimidos llamado telomerasa transcriptasa inversa (TERT por sus siglas en inglés) está comprometido en el control del crecimiento celular y puede jugar un papel en la forma como se desarrollan algunas de las características de este síndrome. Más concretamente, existe una deleción en el brazo corto del cromosoma 5 (5p15.2-5p15.3), siendo el paciente heterocigoto (persona en la cual dos genes homólogos, alelos, de los cromosomas del mismo par son diferentes) para la deleción, ya que el homocigoto es inviable, es decir, incompatible con la vida.

estudio-psicopedagico-2 Cuanto mayor sea la pérdida de material genético, mayores, en cuantía y gravedad, serán el número de alteraciones; el coeficiente intelectual será menor al igual que su estatura y peso al nacer. Hasta el momento, el factor que origina, o permite la alteración en esta región cromosómica se desconoce. Aun así, se cree que, en la mayoría de los casos, se debe a la pérdida de cierta información en el cromosoma 5 durante el desarrollo de un óvulo o esperma (Gametogénesis), hecho el cual no parece relacionarse con la edad de los padres, como ocurre en otros síndromes de este tipo.
Alrededor del 80-85% de los casos son de aparición esporádica y en el 10-15% restante son hijos de portadores de una translocación, siendo estos casos más severos que los casos esporádicos.

 

3. CARACTERÍSTICAS BIOMÉDICAS.

En la etapa de recién nacido, o neonato, y durante los primeros meses de vida, los bebés presentan el llanto característico similar al maullido de un gato que cambia de tonalidad a medida que el niño crece. Además, presentan de un dimorfismo cráneo-facial consistente en microcefalia, cara redondeada en luna llena, ojos separados, pliegues epicatales y un puente nasal ancho.
Es común que el niño presente un peso bajo al nacer, inferior a 2,5 Kg., que es, por lo general, inferior a la media en un 90% de los casos.
Las alteraciones en la talla suelen ser menos marcadas, aunque a lo largo de las etapas del desarrollo tanto el peso, como la talla y el perímetro craneal, permanecen inferiores a la media.
Otro aspecto importante en estos niños es el retraso significativo en el desarrollo psicomotor, apareciendo, en todos los casos, discapacidad intelectual.

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En esta foto se pueden observar las características predominantes en personas que padecen este Síndrome: microcefalia, ojos separados, puente nasal ancho, etc. Características faciales de un niño con síndrome del maullido del gato a diferentes edades: 8 meses (A), 2 años (B), 4 años (C) y 9 años (D).

3.1Malformaciones cráneo- faciales.

Características frecuentes:

– Cráneo pequeño (microcefalia), con posible asimetría facial y craneal.
– Cara redonda.
– Hipertelorismo (ojos separados).
– Pliegues palpebrales antimongoloides (canto externo del ojo más bajo que el interno).
– Epicantus (pliegue de piel en el ángulo interno del ojo).
– Orejas displásicas (malformadas) y de implantación baja.
– Excrescencia cutánea delante de la oreja.
– Micrognatia (mandíbula pequeña).

Características asociadas:

– Raíz nasal prominente.
– Paladar en forma de bóveda (ojival).
– Maloclusión dental (los dientes están mal implantados, con maloclusión y frecuente aparición de caries).
– Estrabismo, miopía y astigmatismo.
– Anomalías del iris.
– Filtrum corto (surco vertical en el centro del labio superior).
– Cuello corto.

Características poco frecuentes:

– Labio leporino (fisura del labio superior).
– Paladar hendido (cierre incompleto de la bóveda del paladar).
– Hipotelorismo (disminución de la separación de los ojos).
– Exoftalmos (protrusión anormal del globo ocular).
– Oídos externos con pliegues anormales e incompletos.

3.2. Alteraciones de las extremidades.

Características frecuentes:

– Manos pequeñas.
– Clinodactilia (arqueamiento permanente de un dedo).
– Sindactilia (fusión congénita o accidental de dos o más dedos entre sí).
– Pliegue simiesco (un solo pliegue en las palmas de las manos) y otras anomalías.
– Uñas hiperconvexas.
– Deformidades de los pies (planos, zambos, etc.).

3.3. Alteraciones músculo-esqueléticas.

Características frecuentes:

– Hipotonía.
– Luxación de cadera.
– Laxitud ligamentosa.
– Escoliosis a partir de los 8 años de edad.
– Anomalías vertebrales.
– Huesos iliacos y esternón pequeño.
– Hernia inguinal (protrusión de un órgano a través de un orificio anormal en la pared muscular que lo rodea).

3.4. Malformaciones viscerales.

Las malformaciones viscerales graves raramente aparecen. No obstante, la tercera parte de los afectados presentan cardiopatías y anomalías en el tubo digestivo.

Características frecuentes:

– Ductus arterioso persistente (persistencia anormal del conducto que va desde la arteria pulmonar hasta la aorta).
– Presencia de un canal atrio ventricular común, transposición de grandes vasos o estenosis pulmonar.
– Mal rotación intestinal y megacolon.

4. CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS.

4.1 Características psicomotoras.

En la población afectada por este síndrome, los hitos evolutivos del desarrollo psicomotor van a ser adquiridos con posterioridad a lo habitual. A pesar de ello, logros de alta significación adaptativa como la bipedestación, o el control de esfínteres, son logrados normalmente sin una gran dificultad.
Por otra parte, en el periodo neonatal y en la primera infancia, presentan una hipotonía generalizada que, en edades posteriores, puede ser reemplazada por una hipertonía con reflejos vivos y marcha espástica, mostrando una coordinación de la motricidad fina y gruesa muy deficitaria.

4.2 .Características cognitivas.

A través de las pruebas psicométricas suele encontrarse, en estas personas, una discapacidad intelectual que puede llegar a ser altamente significativa. A pesar de ello, esto no se debe nunca interpretar como un proceso regresivo, ya que las adquisiciones educativas que se ejercitan se mantienen y son la base de las adquisiciones posteriores de mayor grado, en complejidad y funcionalidad.
En esta área cognitiva, también es característica su limitada capacidad de atención, que deberá ser considerada a la hora de diseñar espacios de aprendizaje.
Por otro lado, es muy importante que tomemos conciencia de la necesidad que estos niños presentan de una supervisión permanente, lo cual no debe apartarnos del objetivo de ayudarle a lograr un grado significativamente bueno de independencia, con relación a las diversas habilidades de autonomía personal necesarias.

4.3 . Lenguaje y habla.
A pesar de que estos niños presentan un retraso comunicativo importante, existe una gran variabilidad respecto a la adquisición del lenguaje y la conducta verbal.
Por lo general, suelen ser capaces de construir frases sencillas con las que poder expresar sus necesidades, siendo su capacidad de comprensión verbal superior a la expresiva.
Por otra parte, el característico llanto de tono agudo y monocorde de estos niños no posee valor comunicativo significativo.

4.4 .Características conductuales.

Con frecuencia, algunas de las dificultades que manifiestan en la interacción con su entorno, o en su aprendizaje, son de carácter instrumental. En este mismo sentido pueden ser frecuentes los movimientos estereotipados e incluso los comportamientos autodestructivos.
La comunicación fluida entre las familias y los servicios que atienden al niño van a ayudar a comprender y reconducir estos casos. Este análisis compartido nos permitirá diferenciar, con seguridad, cuando una conducta es dependiente, desadaptada o por debajo de las posibilidades de autonomía del niño y cuando tiene su origen en dificultades para su adquisición, puesta en marcha, o en un patrón de interacción sustentado en un refuerzo del entorno de alternativas conductuales inconvenientes. Esta última circunstancia, en muchas ocasiones, tiene lugar de modo completamente involuntario.
Por último, es preciso decir que no son raras las dificultades para conciliar el sueño vinculadas a las alteraciones del fondo tónico.

4.5 . Personalidad.

Las dificultades, en el ámbito de la personalidad están vinculadas al nivel de desarrollo cognitivo y a los problemas fisiológicos del niño. No obstante, es frecuente encontrar cierto estado de intranquilidad y nerviosismo generalizado, así como dificultades de autocontrol emocional.
Su actitud emocional suele ser lábil, viéndose significativamente afectada por el comportamiento del entorno hacia él. En este sentido, su interés por la interacción con otros niños es limitado, aunque demuestre gran dependencia de los adultos, por lo que deben evitarse las tendencias del niño al aislamiento y estimular su integración y participación.

DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN. POSIBILIDADES DE PREVENCIÓN, DETECCIÓN TEMPRANA, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS.

1. Diagnóstico y evaluación.

El diagnóstico inicial, o de sospecha, es básicamente clínico ante la presencia de un niño con el llanto característico, retraso en el crecimiento y las anomalías cráneo-faciales descritas.
La confirmación del diagnóstico se realiza mediante el estudio del cariotipo, en el que se objetiva la pérdida de un fragmento del cromosoma 5. También, mediante el uso de técnicas de mapeo cromosómico muy finas, pueden identificarse las alteraciones específicas en las regiones 5p15.2-5p15.3, siendo diagnóstico definitivo derivado de dicho estudio cromosómico.
Un tipo de prueba genética más detallada, como el FISH, puede revelar la falta de una pequeña porción de este cromosoma 5, no detectable mediante el cariotipo convencional.
El diagnóstico prenatal del síndrome, mediante ecografía, es difícil aunque puede sospecharse cuando se presentan anomalías graves y un marcado retraso del crecimiento intrauterino. En este caso podría indicarse una amniocentesis, en la que se obtendrían células fetales para la realización de un cariotipo en el que se podría detectar la anomalía cromosómica que confirmaría el diagnóstico.
A día de hoy, la investigación en técnicas de análisis molecular está permitiendo definir muy precisamente los límites de un cierto número de deleciones en el brazo corto del cromosoma 5 y comparar los signos clínicos observados en los pacientes. Esto nos permite explicar la disociación entre los diferentes elementos del síndrome, para el cual la zona exacta ha podido ser individualizada.

2. Prevención.

Dado el desconocimiento de las causas de esta afección, la prevención no es posible. La única posibilidad al respecto está vinculada a la etiología genética del síndrome y a la detección de factores y poblaciones de riesgo, siendo el consejo genético especialmente importante en los casos en los cuales existe un error en los cromosomas paternos.
Tras el nacimiento de un niño con este síndrome es importante el estudio de los padres, que nos orientará sobre las posibilidades de tener un segundo hijo afectado.
El estudio del cariotipo de los padres es indispensable para poder estimar el riesgo de recurrencia de la anomalía. Este riesgo es muy pequeño (1%), salvo que exista una anomalía previa en uno de los progenitores.
Si se demuestra, mediante cariotipo, que uno de los padres presenta una translocación, el riesgo de recurrencia oscila entre el 15 y el 25%, siendo el riesgo teórico, de transmisión de la anomalía, del 50% en parejas en que uno de los dos este afectado.

3. Pronóstico médico.

La esperanza de vida de estos individuos está disminuida, aunque la mayoría alcanzan la edad adulta (alrededor de los 50 años). Este aspecto depende de la gravedad de las malformaciones asociadas (cardiopatía…).
La norma es el retraso mental, aunque podemos decir que la mitad de los niños adquieren las habilidades verbales suficientes para comunicarse en los términos antes descritos. La estimulación precoz de la comunicación y del área motora ha mejorado el pronóstico de forma significativa.
Hace años era frecuente que los niños con este síndrome fuesen internados en instituciones junto a individuos con retraso mental severo. Desde principios de los años 80 se objetivó que estos niños, integrados en sus familias y con el beneficio de las técnicas de atención temprana, son capaces de realizar importantes progresos superando incluso las expectativas de los doctores que descubrieron por primera vez el síndrome.
Las características físicas de los individuos con este síndrome se vuelven menos aparentes con el tiempo. El epicantus se atenúa, la cara se alarga, se hace asimétrica y pierde su redondez. Los huesos faciales comienzan a modificarse en cuanto a su crecimiento relativo y no se hacen tan evidentes el hipertelorismo y la micrognatia. El llanto se hace más grave y desaparece el tono característico al alcanzar el año de edad. La hipotonía tan notable en el lactante desaparece y los
reflejos se hacen vivos. En la marcha, los pies arrastran por el suelo. El cabello se hace prematuramente gris. Suelen presentar infecciones de repetición, otitis medias y dificultades para alimentarse.
A pesar de todos estos avances es todavía difícil ofrecer un pronóstico individual preciso en las deleciones del brazo corto del cromosoma 5 porque sujetos portadores de deleciones aparentemente iguales pueden tener fenotipos o características distintas.

4. Pronóstico psicopedagógico.

El pronóstico en estos casos debe ser realista. La importante discapacidad intelectual establece un marco de desarrollo que sólo le va a permitir alcanzar una independencia personal limitada. Sin embargo, nadie puede determinar de antemano cuáles van a ser los logros de desarrollo que puede alcanzar, por lo que deben tomarse todas aquellas iniciativas que puedan maximizar su potencial de desarrollo y posibilitarle la oportunidad de tener una vida plena y lo más normalizada posible. Por eso, debemos garantizarle los recursos que le posibiliten el mayor grado de inclusión social y autodeterminación personal.
Los equipos de atención temprana, orientarán a las familias sobre los recursos y actuaciones de cara a una intervención psicoeducativa a través de programas de atención temprana que, contra más precoz sea, más eficazmente permitirá estimular el desarrollo del niño y por lo tanto establecer un pronóstico más favorable. Dichos programas deben incluir aspectos psicomotrices, sensoriales, cognitivos, comunicativos, socio-afectivos, así como diseños de modificación de conducta cuando proceda.
La familia debe obtener el apoyo necesario, no sólo para comprender y aceptar la realidad de la persona afectada, sino para participar activamente dentro del programa de atención temprana. Su papel no debe limitarse a cubrir las necesidades del niño en el ámbito de lo afectivo y asistencial, sino que debe estar totalmente involucrada con la intervención psicoeducativa diseñada para favorecer el desarrollo integral de su hijo.
La colaboración de educadores, técnicos y familia es totalmente imprescindible, pero hay que afirmar que el protagonismo de la familia es singularmente decisivo durante los primeros años de vida, donde deberán seguir las instrucciones de estimulación que les marquen los especialistas conforme a su evaluación de las necesidades y posibilidades concretas cada caso particular.
De cara a esta colaboración, un principio fundamental que ha de tenerse siempre presente es que las actividades que persigan favorecer el desarrollo del niño nunca deben de llevarse a cabo con una actitud mecánica, forzada o en situaciones de cansancio, baja receptividad o desinterés del niño. Por el contrario, debe cuidarse los aspectos lúdicos y afectivos que van a dar calidad, significación y potencialidad a la intervención.
Es fundamental que el niño esté motivado y disfrute de las actividades para lo cual debe evaluarse cuidadosamente la duración de las sesiones más adecuada, el grado de dificultad que representan para él, nuestras reacciones frente a las dificultades que pueda manifestar y cómo establecer los pasos sucesivos para superarlas.
Dentro de las actuaciones de atención temprana orientadas hacia el desarrollo psicomotor debe considerarse la importancia del masaje, ya que favorece el desarrollo general del sistema nervioso, la conciencia sensorial y la corrección del tono muscular característico de este síndrome, al tiempo que fortalece la comunicación afectiva con el niño, aspecto básico para su desarrollo.
Dada la tardía aparición de la bipedestación, deben ser estimuladas las formas previas de desplazamiento, no solamente por la relevancia que tienen de cara a la coordinación dinámica general del niño, sino por lo que le aproxima a su entorno y favorece, a través del contacto, exploración y experimentación con los objetos y personas que le circundan, su desarrollo tanto en el ámbito de lo cognitivo, como en lo afectivo y social.
En lo relativo al desarrollo cognitivo, éste se va a ver facilitado por contextos de aprendizaje que le ofrezcan una estimulación multisensorial. No obstante, un elemento previo y fundamental del programa en este ámbito van a ser las actividades destinadas a desarrollar las capacidades atencionales del niño.
Lógicamente, en este sentido, el objetivo inicial debe de ser el establecimiento y mantenimiento del contacto visual, primero hacia las personas que cuidan de él y luego sobre modificaciones contextuales que introducimos en su entorno, así como sobre los objetos con los que está llevando a cabo una actividad. Facilita este propósito el uso de materiales atractivos y novedosos, junto a la eliminación de aquellos otros estímulos que distraigan su atención.
En cuanto a su capacidad comunicativa, sabemos que, en general, sus primeras palabras aparecen entre los 3 y los 6 años y que, aunque algunos podrán construir oraciones completas, en otros casos sólo serán capaces de utilizar unas pocas palabras aisladas, puede estar indicado el aprendizaje de métodos alternativos de comunicación.
En cualquier caso, su capacidad comunicativa debe ser objeto de constante estimulación, favoreciendo la complementación de las expresiones verbales y gestuales, aprovechando para ello todas las circunstancias cotidianas de interacción para acompañarlas y enriquecerlas con expresiones verbales e impulsar la adquisición y uso por parte del niño de los elementos lingüísticos en sus comunicaciones, aportándole ejemplos adaptados, ocasiones de utilización y estímulo ante sus ejecuciones.
No debemos olvidar a este respecto que la estimulación de su capacidad comunicativa debe apoyarse siempre en los valores funcionales de la misma, si la comunicación no facilita al niño la expresión de sus necesidades y la satisfacción de sus deseos, no encontrará justificación para esforzarse en ella.
En general, a la hora de diseñar el programa debe considerarse especialmente la funcionalidad de los aprendizajes planteados de cara a la mejor inclusión en su entorno. Con relación a ello, adquiere un papel prioritario la adquisición de hábitos y actitudes que faciliten su autonomía personal, estableciendo contextos de aprendizaje progresivos para este fin.
Además, es conveniente tener en cuenta la madurez necesaria para el inicio de cada actividad y, por lo tanto, si el niño concreto precisa aprendizajes previos antes de abordarla. Es importante adecuar el ritmo de aprendizaje a cada niño y la correcta consolidación de cada paso a la hora plantearse un nuevo objetivo.
A medio plazo podemos establecer los siguientes elementos como fundamentales de cara a maximizar las posibilidades de autodeterminación, autonomía personal e inclusión social del individuo:
– Independencia en relación con aspectos básicos del aseo e higiene personal, control de esfínteres, ciclos de vigilia-sueño apropiados y estables, pautas de alimentación.
– Autonomía o colaboración activa respecto al manejo del vestuario y limpieza de su entorno vital.
– Hábitos en la mesa y en otras situaciones afectadas por los usos y costumbres de su entorno social.
– Trato a las personas en todo tipo de situaciones sociales.
– Cuando sea posible, formación pre-laboral.

Debemos prestar especial cuidado en favorecer que los aprendizajes que se han llevado a cabo no se extingan por falta de ocasiones para ponerlos en práctica, así como posibilitar que sean generalizados a otros contextos reales donde puedan servir para facilitar la integración social del individuo.
Las técnicas de modificación de conducta son eficaces y pueden servirnos de ayuda, tanto para la instauración de estas habilidades, como para la intervención frente a comportamientos autodestructivos o inadaptados. Sin embargo, es imprescindible en estos casos que todas las personas que rodean al niño acuerden una misma respuesta frente a cada circunstancia. Algunas de las dificultades respecto a la alimentación en relación con la succión, babeo, deglución o masticación, debidas a la inicial hipotonía pueden abordarse también por esta vía.
Un objetivo prioritario con estos niños dentro del ámbito psicosocial es potenciar su autocontrol emocional. Para ello, debe fortalecerse su autoestima a través de nuestra valoración y afecto, así como el ejercicio de la responsabilidad a la medida apropiada de sus posibilidades.
Su integración y participación social están muy vinculadas a la adquisición de hábitos y habilidades de interacción, que a su vez van a ser sus recursos fundamentales para el autocontrol emocional en los contextos sociales. Estas habilidades permitirán su normal participación en las actividades que se estén llevando a cabo en su entorno, posibilitarán su aceptación por otras personas y evitarán su aislamiento.
El juego es una estrategia esencial a través de la que estimular el desarrollo psicosocial de estos niños. A través de él, se potencian los vínculos afectivos y sociales, al tiempo que se posibilitan las experiencias sensorio-motoras que sustentaran su desarrollo cognitivo. Además, en el contexto del juego, el aprendizaje por observación se ve potenciado de forma significativa, siendo básico dicho tipo de aprendizaje para el desarrollo social del niño. Inicialmente el juego no va a involucrar objetos. Deberá tratarse de una interacción gratificante con el niño, donde el contacto físico y los gestos de sus cuidadores son decisivos. Todas las actividades cotidianas, como alimentarle o bañarle deben tener un componente lúdico y de comunicación afectiva. Cuando su desarrollo se lo permita, han de entrar en escena los objetos que le van a permitir explorar las características de su entorno físico y avanzar en su desarrollo cognitivo.
El momento de la escolarización también va a ser decisivo a este respecto, ya que le va a permitir participar de un entorno social. Su momento de inicio ha de ser valorado considerando las orientaciones de los especialistas que hacen el seguimiento del caso, escogiéndose el centro donde se va a llevar a cabo, considerando los servicios y recursos de que dispone. Su posterior escolarización en las etapas obligatorias debe contar con una evaluación psicopedagógica y un dictamen de escolarización realizado por los servicios competentes de la administración autonómica.
Con carácter general dicha escolarización ha de ser lo menos restrictiva posible, considerando siempre las características del caso particular y las necesidades que de ellas se derivan. Cuando los centros específicos sean la opción más aconsejable, debe buscarse entornos complementarios donde el niño pueda integrarse en actividades de ocio y tiempo libre con otros niños en un contexto de integración.
Finalizando la escolaridad obligatoria, debe prepararse para una futura inserción sociolaboral a través de un centro protegido de empleo.
Pautas para el aprendizaje:

– Las actividades tendrán, como se ha dicho anteriormente, un carácter lúdico, con materiales atractivos.
– Ambiente tranquilo y relajado.
– Confección de libretas con imágenes (preferentemente reales) para la identificación de acciones, situaciones, personas…
– Buscar el momento en el que el niño esté más receptivo.
– La presentación de actividades se hará gradualmente: de sencillas a complicadas.
– Basarnos en la motivación del niño, sin forzarle.
– Dejarle probar y experimentar.
– Ofrecerle la posibilidad de jugar libremente.
– Respetar los tiempos de aprendizaje.
– Tener en cuenta los diferentes ritmos de adquisición de los aprendizajes.

5. Evolución.

El retraso evolutivo se hace evidente desde la etapa intrauterina. Posteriormente su desarrollo sigue siendo lento. La motricidad, el equilibrio y las capacidades intelectuales presentan un retraso significativo a medida que el niño o niña van creciendo.
De los 2 a los 5/6 años, los niños suelen mantener la cara redondeada y la nariz corta con una hipotonicidad general lo que determina que sean sumamente frágiles a la hora de andar, mantener el equilibrio o efectuar cualquier actividad que tenga implicaciones motoras. La boca puede estar abierta. La mandíbula, relativamente pequeña suele producir mal oclusión dental lo que dificulta el reflejo de morder y engullir la comida.
A lo largo del desarrollo suelen presentarse problemas respiratorios de oídos y también de la vista que necesitarán tratamiento por parte del especialista médico. Otra característica, señalada por muchos padres, es que no necesitan dormir mucho, incluso de muy pequeños.
Es importante volver a señalar que las metas evolutivas que puedan alcanzar los afectados por el síndrome vendrán condicionados por tres aspectos fundamentales:
1. La magnitud de los daños estructurales en el brazo corto del Cromosoma 5 y de las zonas concretas afectadas. Ello nos marca un límite biológico en las metas a conseguir. Normalmente el nivel de retraso motriz va unido al nivel de funcionamiento cognitivo.
2. De la atención precoz suministrada así como de la atención y/o enseñanza recibida por parte de profesionales especializados.
3. De la respuesta del niño. Generalmente se asume que cuando el niño muestra interés por la interacción, curiosidad por el entorno, por el aprendizaje, son signos que hacen prever un mejor pronóstico y evolución.

Aproximadamente la mitad de los niños adquieren habilidades verbales suficientes para comunicarse, si bien muy pocos aprenderán habilidades de lecto-escritura, y si lo hacen será a un nivel muy básico.
A medida que se hacen mayores, los signos fenotípicos se hacen menos evidentes. Los niños establecen relaciones sociales con sus iguales, disfrutando en situaciones de juego pero con poco conocimiento o sentido del peligro y escasa capacidad de juicio racional.
Como aspectos positivos mencionar que pueden tener una excelente memoria para situaciones o personas de interés especial, así como un sentido del humor muy peculiar. Son buenos imitadores y pueden copiar modelos de otros niños. Actividades como montar a caballo, nadar, jugar a bolos, jugar con animales, etc…, suelen ser altamente gratificantes para ellos.
Cuando llega la pubertad aparecen los cambios típicos del desarrollo, voz grave, menstruación, etc.
En la vida adulta su estilo de vida variará en función del grado de funcionamiento autónomo, motor y cognitivo que ha asumido. Se están describiendo casos que tras un mal pronóstico evolutivo, el niño ha conseguido, mediante ayudas familiares y profesionales, un nivel de rendimiento superior a lo previsto. Se hacen necesarios más estudios al respecto para poder concretar estos aspectos.
Referente a la expectativa de vida hay datos contradictorios. Los últimos estudios apuntan hacia los 50 años. Las complicaciones que se presentan a la edad más avanzada se deben a problemas cardiológicos y respiratorios.

6. El Comportamiento.
Se han descrito ya conductas positivas de interés por la socialización, disfrute de ciertas tareas junto con un humor especial y muestras de cariño y afecto a sus allegados, sin embargo, hay otras conductas de tipo disruptivo, que pueden presentarse y ser susceptibles de tratamiento psicológico:
1- Conductas disruptivas de arañar o morder a compañeros.
2- Conductas auto-lesivas, arañazos, golpes en la cabeza, mordiscos en los brazos.
3- Miedo a determinados objetos.
4- Timidez ante situaciones nuevas o extraños con reacciones anómalas.
5- Conductas desafiantes.
Estas conductas disruptivas suelen ser menos frecuentes e intensas, si logramos dotar al niño de un sistema de comunicación alternativo (mediante imágenes, signos, fotografías, etc.)

7. Orientaciones para la intervención.

Como la mayoría de síndromes, éste no tiene un tratamiento específico disponible. La intervención será multidisciplinar. Se necesitará la intervención de médicos (neurólogos, traumatólogos, oftalmólogos, etc…) para tratar los aspectos más orgánicos y psicólogos, fisioterapeutas, logopedas, psicomotricistas, asistente social, para los aspectos educativos y sociales.

7.1- Intervención con la familia.
– Aceptación y comprensión del problema.
– Actuación precoz una vez confirmado el diagnóstico.
– Asumir el compromiso de buscar soluciones y tratamientos para los distintos síntomas.
– Coordinación y complicidad con el equipo de profesionales trazando las diferentes metas desde una perspectiva realista y eficaz.
7.2- Intervención psicológica y educativa con el niño.
A nivel conductual puede ser necesario la intervención con técnicas de modificación de conducta para reducir y/o eliminar las conductas disruptivas (agresividad hacia otros, autolesiones, etc.). Estas técnicas (reforzamiento, extinción, moldeamiento, etc.) deberán adecuarse al nivel y características del niño, por tanto, serán también personalizadas. Como parte del tratamiento los padres deberán ser entrenados para poner en marcha en el ámbito familiar éstas estrategias. En el caso de que las manifestaciones conductuales sean potencialmente peligrosas para el propio niño u otros se valorará la posibilidad por un psiquiatra de introducir la medicación pertinente.
También se deberá intervenir para establecer pautas y hábitos de autonomía como la alimentación, higiene, etc… El punto más delicado y que preocupa a las familias es la alta posibilidad de que los niños con el síndrome, sean incapaces de valerse por sí solos y desenvolverse socialmente cuando sean adultos. Para afrontar este reto, las técnicas de moldeamiento, refuerzo positivo, etc…pueden aportar logros si se utilizan con la perseverancia adecuada y la complicidad del entorno del niño.
En el terreno psicoeducativo la principal área de intervención será la de abordar la Deficiencia Intelectual asociada al síndrome. Ésta puede variar de leve a severo, con predominio del moderado. Técnicas de estimulación cognitiva, logopedia, etc…, pueden aportar avances significativos y dentro de las limitaciones de cada caso.
El juego puede ser utilizado como medio motivador para la realización de las diferentes actividades. Éstas deben estar encaminadas a conseguir el éxito en un nivel creciente de dificultad. Se puede trabajar la atención sostenida mediante juegos visuales en el ordenador y utilizar estímulos auditivos si son bien aceptados por el niño.
Un objetivo importante es el de asumir un canal comunicativo eficaz con el niño, ello supone un paso importante para la prevención de las conductas disruptivas, ya que el niño consigue comunicarnos de forma eficaz sus necesidades o deseos, al tiempo que el educador también puede requerirle algunas cosas. Se aconseja (en ausencia de la expresión verbal), la confección de una libreta con imágenes o fotografías (mejor reales que abstractas), para la demanda o identificación de acciones o personas.

LOS RIESGOS DE LA DESINFORMACIÓN.

Según un informe publicado recientemente en un conocido diario español, los médicos reconocen que apenas estudian un párrafo de esta anomalía cromosómica en sus libros durante toda la carrera. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, los padres se enfrentan, desorientados y confusos, a un diagnóstico de retraso mental, a una enfermedad desconocida y a demasiados interrogantes.
Según el testimonio de una madre, luego de realizar un segundo cariotipo, centrado en el par 5, le confirmaron que su hija era portadora del síndrome y que sufriría de retraso intelectual, que no podría estudiar y que, con un poco de suerte, lograría vestirse sola cuando fuese mayor. Sin embargo, esta niña hoy, con una minusvalía física del 35%, se parece mucho a otros niños de su edad, le gusta bailar y pintar y concurre a la guardería, con niños un año más pequeños que ella. Y gracias al apoyo de un programa integral de estimulación que le brindaron apenas le dieron el alta al nacer, ha aprendido a nadar, a comer sola, está empezando a dar sus primeros pasos y, si sigue progresando de esta manera, en breve podrán quitarle los pañales. Por todo esto es por lo que hay que insistir en la importancia de la divulgación y las políticas de investigación de los síndromes menos comunes. Sin dudas, los logros conquistados por estas familias y los profesionales también beneficiarán a portadores y personas relacionadas con otras dolencias más comunes, como se ha demostrado muchas veces.
El escaso conocimiento que tienen los profesionales de la medicina sobre este trastorno, que afecta a uno de cada 50.000 nacimientos, provoca que las familias se enfrenten a una situación de incomprensión y de soledad una vez que conocen lo que les pasa a sus bebés.

EPÍLOGO.
Antes de finalizar el presente trabajo, me gustaría nombrar a la Asociación Nacional de Afectados por el Síndrome del Maullido del Gato (ASIMAGA), la cual nace gracias al interés de un grupo de familiares de los afectados por este síndrome, al entender que sólo con su unión, se podrá conseguir el estudiar a fondo las causas que lo producen, y mejorar la calidad de vida de los afectados. «Nunca des por hecho que no pueden», es el lema con el que se ha dado a conocer la Fundación Síndrome ‘5P menos’.
Los objetivos de esta Asociación son los siguientes:
1. ATENCIÓN FAMILIAR. Ofreciendo apoyo a los padres, ayudándoles desde el nacimiento del niño/a.
2. ESTUDIO DE LAS CAUSAS QUE PRODUCEN LA AFECCIÓN.
3. INTEGRACIÓN SOCIAL DE LOS AFECTADOS.
4. COMUNICACIÓN. Difusión pública de la problemática social y familiar ocasionada por esta minusvalía, mediante coloquios, conferencias, medios de comunicación o cualquier otro medio.
5. EDUCACIÓN. Apoyo a los Centros de Educación Especial, Centros de Educación en general, Centros base del INSERSO (Instituto de Servicios Sociales), aportándoles toda la información conocida y experiencias encaminadas a la atención, educación, rehabilitación y enseñanza de los afectados.
6. INTERCAMBIOS. Contactos con otras Organizaciones o entidades que existan o se constituyan, relacionadas con el Síndrome del Maullido del Gato.
7. BIBLIOGRAFÍA. Constituir un fondo bibliográfico específico con: Informes, Ponencias, Conferencias, Trabajos de divulgación, etc,…

Por todo esto y por el interés que ha despertado en mí el trabajar sobre este síndrome, he querido incluir en este estudio, un video que resume bastante bien qué significa para una familia tener un hijo/a afectada con este síndrome y los problemas e inconvenientes con los que se encuentran en el día a día. Sinceramente, es un video que no tiene desperdicio y sirve de ayuda y esperanza a aquellas personas que se encuentran solas y perdidas en esta lucha diaria que tienen que batallar para que se pueda estudiar más sobre este síndrome y para que los médicos estén más y mejor formados.
“El por qué de la realización de este trabajo sobre el Síndrome del Maullido del Gato es simplemente porque desconocía su existencia y pienso que el objetivo fundamental de hacer un trabajo no es sólo sacar una buena o mala nota, sino aprender, ese ha sido y es mi objetivo; cierto es que podría haberlo hecho de otros Síndromes, pero éste es el que más ha llamado mi atención; creo que es obligatorio, dada mi profesión (maestra de Educación Infantil) el poseer conocimientos de todos los síndromes, para tener una mejor respuesta educativa ante esos niños y niñas que lo necesiten por su discapacidad”.

Reservados todos los derechos, propiedad de la autora del trabajo.